Para que usted también pueda adentrarse un poco en la expedición de investigación de 2023 que se realiza en colaboración con Manta Trust, el periodista y escritor de fama ...
Para que usted también pueda adentrarse un poco en la expedición de investigación de 2023 que se realiza en colaboración con Manta Trust, el periodista y escritor de fama internacional Jason Heaton participa en la rutina diaria a bordo y comparte los últimos resultados directamente desde Ecuador. Vea su última actualización a continuación:
Las mantarrayas son una especie migratoria y, como tal, recorren grandes distancias siguiendo por lo general las corrientes frías ricas en nutrientes de los océanos del mundo. Al igual que ellas ignoran las fronteras nacionales, cruzando rutinariamente el territorio de un país al de otro, Manta Trust tampoco conoce fronteras y sus filas cuentan con investigadores de países de todo el mundo. Este año, la Expedición Manta Ecuador es un crisol de culturas, disciplinas científicas y nacionalidades, con participantes de Perú, México, Costa Rica, Estados Unidos y Reino Unido. Incluso dentro de Ecuador hay investigadores de las Islas Galápagos y de Puerto López, lugar donde el equipo ha tenido su base durante estas últimas semanas.
Esta composición internacional se debe al diseño del proyecto. La ciencia, aunque sea colaborativa por su carácter inherente, también puede ser solitaria. Cuando la investigación se realiza a nivel local, es fácil perder de vista el panorama general, e incluso el investigador mejor intencionado puede acabar duplicando sus esfuerzos o perdiendo vínculos clave con colegas que trabajan en proyectos similares en otro país. Guy Stevens, fundador de Manta Trust, fue consciente de ello cuando creó la entidad hace más de una década; por eso, su intención fue reunir una red que traspasara fronteras, con el objetivo de mejorar la investigación y seguir protegiendo a la población de mantas en peligro de extinción.
Todos los investigadores aportan experiencias y conocimientos diferentes a la expedición. Stefany, del Proyecto Mantarraya Perú, nos habla de los retos que supone observar mantas en las aguas más turbias de la costa de su país, mientras que Marta, del Proyecto de Conservación Mobula México, nos describe cómo trabaja con los pescadores locales para encontrar y marcar las mantas diablo en el Golfo de California. En el mismo Ecuador, Michel Guerrero, que supervisa el Proyecto Mantas Ecuador, es el anfitrión de facto de nuestra expedición, dados sus conocimientos locales y su íntima familiaridad con la población endémica de mantas.
Ha sido inspirador presenciar el espíritu de colaboración y la pasión palpable demostrada por este grupo de investigadores. Las expediciones internacionales son un medio inestimable para que el amplio equipo de Manta Trust se reúna y comparta, y Carl F. Bucherer se enorgullece de hacerlo posible financiando toda la aventura. Cuando el equipo se disuelva para regresar a sus países de origen y proyectos, sin duda se llevarán lo que han aprendido en Ecuador, pero también un renovado sentido de propósito e inspiración. Aunque las verdaderas beneficiadas de esta expedición son las propias mantas.
La investigación de una megafauna enigmática y escurridiza como las mantas oceánicas requiere el equilibrio perfecto entre la observación humana, el trabajo de laboratorio y el análisis de datos. También depende en gran medida de la tecnología. Por supuesto, esto incluye el equipamiento de buceo que el equipo de Manta Trust utiliza durante sus horas bajo el agua aquí, en Ecuador: botellas de aire, reguladores, aletas y compensadores de flotabilidad. Pero la embarcación de buceo también cuenta con herramientas innovadoras, construidas para un fin determinado; todo un arsenal de equipos impresionantes por sus capacidades y su especificidad.
No obstante, quizá las herramientas más comunes, no solo de los investigadores de mantas, sino de los biólogos marinos en general, se encuentran en el extremo de un arpón. Las marcas acústicas y de satélite se incrustan bajo la piel de la manta mediante una punta desmontable que coloca un buceador hábil con una eslinga hawaiana manual, un simple fusil de pesca submarina impulsado solo por una cinta elástica. Una vez fijadas a la manta, las marcas acústicas emiten un pulso que detectan los receptores submarinos situados en rocas o arrecifes. Luego, estos receptores se recuperan periódicamente para descargar sus datos. De este modo se obtiene una serie de puntos en un mapa que muestran el movimiento de los animales marcados, lo que permite a los investigadores seguir su trayectoria y sacar conclusiones junto con otros puntos de datos. Las marcas por satélite se colocan de la misma manera, pero recogen más información, como la profundidad y la temperatura; y los datos se recogen una vez que la marca se suelta de la manta y flota en la superficie para conectarlos seguidamente por satélite.
El muestreo de tejidos también se realiza con la versátil eslinga hawaiana, pero en lugar de incrustar algo en la manta hay una punta de púas especiales que extrae un pequeño tapón de tejido, el cual después se etiqueta y envía a un laboratorio para su estudio exhaustivo. Dicho estudio puede incluir desde parámetros biológicos hasta análisis de ADN, que pueden utilizarse para comparar mantas en distintas partes del océano, así como detectar diferencias en su morfología. Para medir la envergadura de estos gigantes oceánicos, el equipo de Manta Trust utiliza un sofisticado sistema de doble cámara denominado fotogrametría de vídeo estéreo (Stereo-Video-Photogrammetry). Mediante láseres y cámaras GoPro de gran angular montadas en un marco portátil, la fotogrametría de vídeo estéreo puede triangular las puntas de las alas para obtener una distancia precisa. Esto puede utilizarse para estimar la edad de una manta, comparándola con mediciones anteriores o con otros animales. El sistema es bastante sensible y debe manejarse con cuidado y calibrarse con frecuencia.
Of course, the most basic form of data collection is through photography, and almost all the divers are carrying a digital camera of some sort, from GoPros on up to large DSLR systems. Carefully composed photos that show the underside of a manta show the crucial skin patterns as well as its genitalia. Photos from the researchers, combined with those uploaded by countless other divers, both scientists and holiday divers, are loaded into an image database and painstakingly sorted and correlated to provide accurate identification of individual mantas. This past week, a new type of system was deployed on a known manta cleaning station off of Isla de la Plata. The “Eyes on the Reef” remote time-lapse camera takes a photo at regular intervals for several days at a time. This provides a sort of 24/7 view of the reef, a huge advantage for researchers who can only observe the area for about an hour at a time while diving once or twice a day. The camera is then retrieved and the footage reviewed.
Por supuesto, la forma más básica de recopilar datos es la fotografía, así que casi todos los buceadores llevan una cámara digital de algún tipo, desde GoPro hasta grandes sistemas con cámaras réflex digitales (DSLR). Las fotos cuidadosamente compuestas que capturan la parte inferior de una manta muestran los patrones cruciales de la piel y sus genitales. Las fotos de los investigadores, combinadas con otras subidas por innumerables buceadores, tanto científicos como submarinistas turistas, se cargan en una base de datos de imágenes y se clasifican y correlacionan minuciosamente para proporcionar una identificación precisa de cada manta. La semana pasada se instaló un nuevo tipo de sistema en una conocida estación de limpieza de mantas frente a la Isla de la Plata. La cámara remota a intervalos «Eyes on the Reef» toma fotografías en lapsos temporales regulares durante varios días seguidos. Esto proporciona una especie de visión ininterrumpida 24/7 del arrecife, una gran ventaja para los investigadores que solo pueden observar la zona durante aproximadamente una hora cuando bucean una o dos veces al día. Después se recupera la cámara y se revisan las imágenes.
Pero quizás la herramienta más fascinante que utiliza el equipo de Manta Trust sea el escáner submarino de ultrasonidos sin contacto. Como su nombre indica, este dispositivo portátil utiliza el agua como medio para escanear mantas embarazadas y observar los fetos que aún están en el útero sin entrar en contacto con ellos. Como cabe imaginar, el uso de este escáner requiere una gran habilidad, ya que el buceador debe situarse a unos 10 centímetros de la manta. Cuando todo va bien, los resultados son realmente emocionantes.
Sin embargo, por impresionante que sea toda esta tecnología, no serviría de nada sin la habilidad y la inteligencia de los investigadores que la utilizan. Manta Trust ha reunido a los mejores especialistas en esta expedición en Ecuador, financiada íntegramente por Carl F. Bucherer. Juntos están creando una ciencia innovadora que promete un futuro de la investigación de la manta realmente alentador.
El Pacífico es superlativo, en cualquier sentido de la palabra. Es el mayor y más profundo océano de la Tierra y cubre el 30% del planeta. Así que no es de extrañar que las criaturas más grandes habiten en el Pacífico. Cuando te zambulles desde un barco de buceo en cualquier lugar de esta frontera azul, nunca se sabe lo que podrás ver, pueden ser ballenas, tiburones, tiburones ballena, orcas, el escurridizo pez luna, o la razón por la que estamos aquí en Ecuador: las mantarrayas oceánicas. Pero incluso encontrar estos apacibles gigantes en una frontera tan vasta es como buscar la proverbial aguja en un pajar. No obstante, hay algunos lugares donde las posibilidades son mejores, y eso es lo que llevó al equipo del Manta Trust a la pequeña y deshabitada isla de la Plata, a 40 kilómetros al noroeste del pequeño pueblo pesquero de Puerto López.
Gracias a trabajos anteriores de los investigadores del Manta Trust sabemos que en las aguas que rodean la isla se concentra el mayor número de mantas oceánicas del planeta. Cientos de especímenes de esta magnífica megafauna pasan por allí a finales del invierno austral, siguiendo el afloramiento rico en nutrientes de la corriente fría de Humboldt. Sin embargo, en lo que va de temporada el agua está más caliente de lo habitual –mucho más– debido a la oscilación de El Niño y quizás también al cambio climático. En nuestro primer día de buceo salimos mal parados. Hicimos dos inmersiones en lugares prometedores, en «estaciones de limpieza», donde las mantas suelen congregarse y los peces más pequeños las liberan de parásitos en una relación simbiótica. Nuestra esperanza era poder colocar marcas acústicas y de satélite, tomar biopsias de tejido, medir su tamaño e identificarlas mediante fotografías. Pero, en el agua a 26° centígrados, no pasó ninguna. La naturaleza no se atiene a un calendario, ni a nuestros deseos, así que esperamos y mantenemos la esperanza.
Esto no quiere decir que fuera un mal día de buceo, pues en la primera inmersión, y durante una hora entera, pudimos escuchar, aunque no ver, a ballenas jorobadas dando una serenata con sus cautivadoras vocalizaciones. También avistamos ballenas en los viajes de ida y vuelta en barco, saltando y arqueándose fuera del agua. ¿Era la misma pareja que oímos cantar bajo el agua? Imposible saberlo. Había una raya redonda de Tumbes correteando por el fondo marino, morenas, blenios y un curioso pulpo en las hendiduras, aparte de remolinos de peces de colores que desafiaban la considerable corriente. Como dice el refrán, hay más peces en el mar. Y muchas más inmersiones que hacer. Así que esperaremos a que la corriente de Humboldt abra el grifo frío y traiga a las mantas.Pero quizás la herramienta más fascinante que utiliza el equipo de Manta Trust sea el escáner submarino de ultrasonidos sin contacto. Como su nombre indica, este dispositivo portátil utiliza el agua como medio para escanear mantas embarazadas y observar los fetos que aún están en el útero sin entrar en contacto con ellos. Como cabe imaginar, el uso de este escáner requiere una gran habilidad, ya que el buceador debe situarse a unos 10 centímetros de la manta. Cuando todo va bien, los resultados son realmente emocionantes. Sin embargo, por impresionante que sea toda esta tecnología, no serviría de nada sin la habilidad y la inteligencia de los investigadores que la utilizan. Manta Trust ha reunido a los mejores especialistas en esta expedición en Ecuador, financiada íntegramente por Carl F. Bucherer. Juntos están creando una ciencia innovadora que promete un futuro de la investigación de la manta realmente alentador.
Estamos orgullosos de nuestra prolongada asociación con the Manta Trust, una organización sin ánimo de lucro comprometida con la preservación de las mantarrayas y el ecosistema que estas increíbles (y amenazadas) criaturas necesitan para sobrevivir. Con los fondos generados por las ventas de las ediciones especiales de nuestro reloj Patravi ScubaTec, todos los años patrocinamos proyectos, entre los que se incluyen: la identificación de un corredor migratorio crítico (Pacífico mexicano, 2015); la película Cómo nadar con mantas (2016); un estudio con el enigmático título «Eres lo que comes: en busca de la comida de los gigantes» (2017); un programa educativo sobre la vida marina en las Maldivas (2018), En busca de las sombras: desvelando los secretos de las mantarrayas negras del Caribe (2019); y Una oportunidad que solo se presenta una vez en la vida (2020), que financió una estación de investigación flotante.